Sevilla, 24 de junio de 2025
En una decisión sin precedentes en la historia reciente de la corporación de San Gil, la Hermandad de la Macarena ha hecho público este lunes un extenso comunicado institucional con el que busca dar respuesta a la crisis generada en torno a la intervención conservativa realizada sobre la Virgen de la Esperanza. La Junta de Gobierno, reunida en Cabildo Extraordinario de Oficiales, ha pedido «perdón a todos los hermanos y devotos por el daño moral y devocional» que hayan podido causar las decisiones adoptadas.
El comunicado ofrece por primera vez un relato cronológico y técnico de los hechos, reconociendo errores de criterio en el momento de reponer la imagen al culto y anunciando decisiones concretas: la dimisión del mayordomo y del prioste de la Virgen, la intervención visual de expertos independientes y la designación del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH) como organismo responsable de la supervisión técnica de los futuros trabajos.
Cronología de una crisis
Según la información publicada por la propia Hermandad, en mayo de 2024 se solicitó al profesor Francisco Arquillo un informe sobre el estado de conservación de las Imágenes Titulares, detallándose en el mismo hasta once actuaciones recomendadas sobre la Virgen de la Esperanza. A partir de ese documento se firmó un contrato el 6 de junio de 2025 con la Fundación de la Universidad de Sevilla, estableciendo un plazo máximo de cuatro días de intervención por imagen.
El viernes 20 de junio se completó la intervención, aunque las pestañas de la Virgen se colocaron por último, momentos antes de vestirla, provocando un «efecto estético no deseado». Pese a las dudas iniciales de varios oficiales, y ante la imposibilidad de contactar con Arquillo en ese momento, la decisión de reponerla al culto fue finalmente adoptada y la Virgen amaneció el sábado por la mañana en su altar. Las reacciones no se hicieron esperar.

El sábado 21, tras la oleada de críticas y el cierre repentino de la basílica al mediodía para la recolocación de las pestañas, se contactó con el escultor Esteban Sánchez Rosado, quien intervino sobre la imagen durante la noche para corregir el mencionado efecto, bajo supervisión del Conservador de Bienes Muebles de la corporación.
Veneración, dimisiones y nuevas decisiones
La Hermandad, en un gesto de transparencia, decidió situar a la Virgen en el presbiterio en «veneración extraordinaria» del 22 al 24 de junio para que los fieles pudieran contemplar de cerca su estado actual. Sin embargo, las protestas no han cesado.
El lunes 23, la tensión se trasladó a las puertas del templo. Cientos de hermanos y devotos protagonizaron una manifestación espontánea donde no faltaron las salves, pancartas, gritos de dimisión y momentos de gran emoción. «No os podéis cargar una Imagen de 450 años», decía uno de los asistentes. La misa de acción de gracias prevista fue suspendida.
En este contexto, la Junta ha decidido consultar de inmediato con especialistas de prestigio y solicitar al IAPH que se haga cargo de la supervisión técnica de las actuaciones sobre la imagen. Una vez se disponga de los informes definitivos y las conclusiones de estos análisis visuales, se convocará un Cabildo General Extraordinario para explicar los pasos a seguir.

Un punto de inflexión
Desde objetivocofrade.com, que ha mantenido la prudencia informativa hasta que se conocieran los hechos en su conjunto, advertimos del impacto que este episodio puede tener en otras hermandades. Las consecuencias van más allá de lo sucedido con la Virgen de la Esperanza. El temor a la reacción pública podría paralizar o retrasar intervenciones necesarias en otras imágenes, como la prevista sobre el Cristo del Amor, cuyo informe técnico ya ha sido elaborado pero que aún no se ha ejecutado.
La conservación del patrimonio sacro necesita un equilibrio entre el criterio técnico, la sensibilidad devocional y la transparencia institucional. La devoción no está reñida con el rigor, pero exige un cuidado extremo en cada decisión. La Hermandad de la Macarena ha dado un primer paso hacia esa reconciliación. Ahora queda reconstruir la confianza de sus hermanos y de toda Sevilla.
