Sevilla, 18 de noviembre de 2025
La tarde de hoy ha quedado marcada en la memoria cofrade de Sevilla con el traslado de Nuestro Padre Jesús de las Penas desde la parroquia de San Vicente hasta la iglesia del Buen Suceso, donde la imagen permanecerá durante los cultos extraordinarios por el 150 aniversario fundacional de la hermandad. Una cita esperada y sentida, especialmente después de que la corporación tuviera que aplazarla el pasado domingo debido a la lluvia.
Un recorrido cargado de historia y devoción
A las 18:00 horas se abrían las puertas de San Vicente por la fachada de Cardenal Cisneros, dando paso al Señor caído en unas andas portadas con solemnidad y recogimiento. Desde el primer momento, el cortejo avanzó con un ritmo continuo, ya que la hermandad decidió reducir el número de relevos a los estrictamente imprescindibles para garantizar un caminar fluido en este nuevo itinerario.
El recorrido llevó al Señor por Cardenal Cisneros, Virgen de los Buenos Libros, Teniente Borges y la siempre concurrida Plaza del Duque. Tras su paso por Campana, la imagen tomó O’Donnell y Velázquez para internarse en Tetuán, donde una multitud aguardaba en silencio y respeto. El discurrir por Jovellanos, Sagasta y la Plaza del Salvador dejó estampas muy especiales, con una luz tenue que envolvía el perfil del Señor entre sombras y reflejos.
Ya en Lineros y la Plaza de Jesús de la Pasión, el cortejo avanzó arropado por numerosos fieles que han querido acompañarlo en esta cita tan significativa. La subida por Alcaicería y la llegada a la Plaza de la Alfalfa, con sus calles estrechas y su bullicio característico, ofrecieron una de las estampas más íntimas del traslado.
El tramo final llevó la imagen por San Juan, Boteros, Sales y Ferré y la Plaza del Cristo de Burgos, donde empezaba a sentirse la cercanía del destino. Finalmente, tras recorrer Ortiz de Zúñiga y la recoleta Plaza del Buen Suceso, el Señor de las Penas cruzó el umbral del templo a las 21:00 horas en un ambiente de profundo recogimiento.
La Iglesia del Buen Suceso, un destino cargado de simbolismo
La corporación ha elegido este histórico templo carmelita como sede temporal de su titular, un lugar cuya historia se remonta al siglo XVIII y que fue hogar de los antiguos hermanos obregones. La iglesia, inaugurada en 1730, conserva una riqueza artística singular: columnas de mármol rojo trabajadas por Pedro Roldán y su hijo, un retablo mayor atribuido a José Fernando de Medinilla y destacado patrimonio pictórico de Domingo Martínez.
En su interior, aguarda la Virgen del Carmen, obra de Rafael Barbero, que presidirá estos días la estancia del Señor de las Penas durante el triduo extraordinario. Para la hermandad y los devotos, esta visita constituye un gesto de especial significado, pues la imagen nunca había permanecido en este templo y su presencia añade un capítulo inédito a la historia de la corporación.
Un traslado para la memoria
El silencio respetuoso, las miradas emocionadas y la unión entre barrio y hermandad han dado forma a una tarde que quedará grabada en quienes la han vivido. Sevilla ha acompañado al Señor de las Penas en un recorrido que ha unido historia, tradición y un profundo sentimiento que sigue vivo desde hace siglo y medio.
La hermandad ya mira hacia el próximo sábado 22 de noviembre, cuando tendrá lugar la procesión de regreso a San Vicente, esta vez en su paso.
Galería del equipo de Objetivo Cofrade del traslado
