La ciudad rememora, semanas después, la imponente jornada del 11 de octubre de 2025, donde 34 hermandades de capital y provincia unieron su arte y devoción en un recorrido único, tal y como recogen los vídeos y la galería de Objetivo Cofrade.
Sevilla, 17 de Noviembre de 2025. El eco de una de las citas cofrades más importantes de las últimas décadas aún resuena en las calles de Córdoba. El Magno Vía Crucis, celebrado el pasado 11 de octubre con motivo del VI Centenario del primer Vía Crucis de Occidente instaurado por el beato Álvaro de Córdoba, no fue solo una procesión; fue un hito de espiritualidad, patrimonio y comunión que marcó un antes y un después.
Bajo el marco del Jubileo de la Esperanza, la ciudad se transformó en un inmenso templo al aire libre. El corazón del casco histórico, desde Amador de los Ríos hasta la Puerta del Perdón de la Mezquita-Catedral, fue testigo del paso de 34 pasos que, en cuatro bloques temáticos, narraron la Pasión de Cristo. La jornada, que se extendió desde las primeras horas de la tarde hasta bien entrada la madrugada, congregó a decenas de miles de personas, en un ambiente que mezcló la solemnidad del rezo con la emoción de ver juntas a imágenes de una veintena de localidades.
Un Via Crucis coral y con algún desajuste
La estructura del evento, minuciosamente planificada, permitió visualizar la riqueza cofrade de toda la diócesis. El primer bloque rindió homenaje a las hermandades vinculadas al beato Álvaro, con la presencia del Cristo de las Aguas de Palma del Río y el Cristo de la Caridad de Pozoblanco, entre otros.
Le siguió el segundo bloque, una recreación del Vía Crucis según la visión del beato Álvaro, cuyas ocho estaciones fueron rezadas públicamente. Imágenes como la Oración en el Huerto de Cabra o las Angustias de Montoro ofrecieron una poderosa catequesis visual.
El tercer bloque, “Peregrinos de Esperanza”, puso el acento mariano con la presencia de dolorosas como la Virgen de la O, la Esperanza del Valle y la Paz y Esperanza, que arroparon el recorrido con su mensaje de consuelo.
El cuarto y último bloque, inspirado en el Vía Crucis de San Juan Pablo II, fue el más extenso. A lo largo de diecisiete estaciones, se sucedieron titulares capitalinos tan emblemáticos como el Jesús de la Sentencia o el Resucitado, junto a joyas provinciales como el Cristo de la Expiración de La Rambla. Sin embargo, en este tramo final se produjeron algunos desajustes en el orden de paso, acumulándose cierto retraso respecto al horario previsto.
El debate de la música y el legado patrimonial
Uno de los aspectos más comentados en la crónica posterior fue la elección musical en la carrera oficial. La banda sonora del acto, en algunos momentos, fue considerada por muchos asistentes y cofrades como poco apropiada para un ejercicio de tanto recogimiento, restándole solemnidad en ciertos tramos.
En el plano artístico, el evento sirvió de escaparate para importantes estrenos patrimoniales. Destacaron la nueva cruz de guía del Santo Sepulcro de El Carpio, la peana de la Esperanza del Valle y las restauraciones de imágenes como el Señor de las Penas de Cabra.
El epílogo: una semana de regresos cargados de emotividad
El Magno Vía Crucis no concluyó en la madrugada del 11 de octubre. La ciudad vivió una semana histórica de regresos que se prolongó hasta el sábado 18 de octubre. Esa última jornada fue especialmente intensa, con el retorno de hermandades como Jesús Nazareno, el Buen Suceso, la Coronación de Espinas o el Resucitado, cuyos pasos por calles como Deanes o San Zoilo, que no recorrían desde hacía años, levantaron una expectación extraordinaria. Estos traslados, cargados de momentos íntimos y emotivos, pusieron el broche de oro a un ciclo inolvidable.
A pesar de los inevitables contratiempos organizativos en un evento de tal envergadura, el balance global es el de un éxito sin precedentes. El Magno Vía Crucis no solo logró su objetivo de conmemorar una efeméride crucial, sino que demostró la vitalidad de la religiosidad popular y la capacidad de Córdoba para unir en un mismo latido a toda su provincia.
Para revivir la intensidad de aquella jornada, los vídeos del cofrade Alejandro Ladesa y la completa galería de imágenes del equipo de Objetivo Cofrade se han convertido en el testimonio gráfico de referencia, capturando la esencia de un día que ya es historia viva de Córdoba.