La Hermandad de los Estudiantes ha celebrado el traslado del Cristo de la Buena Muerte y la Virgen de la Angustia a la iglesia de la Anunciación, su antigua sede fundacional. Este traslado se ha enmarcado en los cultos extraordinarios por el centenario de la corporación, siendo el preludio a la procesión de regreso, el 17 de noviembre, que pondrá el broche final a las conmemoraciones. Durante el recorrido del sábado 9 de noviembre, los hermanos y devotos ofrecieron oraciones por las víctimas y damnificados de la reciente DANA, en un acto en el que la corporación invitó a rezar el rosario en memoria de las personas afectadas.
A las seis de la tarde, desde la capilla de la Universidad, las andas de ambos titulares comenzaron un recorrido por el centro de Sevilla, atravesando lugares emblemáticos como la Plaza del Triunfo, Plaza de la Virgen de los Reyes y la Plaza de la Encarnación. A su paso, los hermanos de otras hermandades como la de Santa Cruz y la Candelaria se unieron en oración, fortaleciendo los lazos de hermandad y apoyo en este culto tan especial.
La Tuna Universitaria de Filosofía y Letras rinde homenaje en la Anunciación
Uno de los momentos más emotivos se vivió con la participación de la Tuna de Filosofía y Letras de Sevilla, que recibió a las imágenes entonando el «Gaudeamus Igitur», el tradicional himno universitario, en homenaje a la vinculación de la hermandad con el mundo académico. . Este gesto ha servido para recordar el origen de la hermandad, fundada en 1924 en la Universidad de Sevilla, cuya sede estaba en la iglesia de la Anunciación. La tuna invitó a otras agrupaciones a sumarse al acto, y sus miembros cumplieron con el tono solemne que la ocasión requería, especialmente ante la devoción del público congregado en el templo.
Un recorrido histórico que unió presente y pasado.
El cortejo, compuesto por más de 600 hermanos y hermanas portando cirios, recorrió calles cargadas de historia y devoción. Lugares como la calle Fabiola y la calle San José, característicos por su encanto sevillano, ofrecieron estampas inolvidables, mientras el Cristo de la Buena Muerte avanzaba en unas sencillas andas, con la cruz en posición horizontal, y la Virgen de la Angustia, majestuosa en su manto azul bordado en oro y saya burdeos, iluminaba el recorrido.
El recorrido ofreció momentos destacados, como el paso por la Giralda, decorado con banderolas por la beatificación de Torres Padilla, y el cruce por calles que, a pesar de los cambios en su estética, evocaron una Sevilla de siglos pasados. Finalmente, en la plaza de la Encarnación, el Cristo de la Buena Muerte se detuvo ante el retablo cerámico que simboliza los orígenes de la hermandad.
Oración final en la iglesia de la Anunciación
Cerca de las nueve de la noche, la Hermandad de los Estudiantes llegó a la iglesia de la Anunciación, donde se vivió una emotiva oración de cierre. La coral de la hermandad acompañó con sus cantos el momento en que los titulares se colocaban en el presbiterio, mientras que los hermanos y devotos presentes se unieron en un último rezo. La Tuna de Filosofía y Letras, con su himno universitario, cerró esta jornada de reconocimiento, dejando todo preparado para los cultos extraordinarios de la próxima semana.
Este traslado ha sido documentado en imágenes por los fotógrafos Ruiz Calafat, Lorena Martín, Rafa Soldado y Sara Medina, cuyas capturas están disponibles para revivir cada momento de este emotivo recorrido.
