Sevilla 9 de noviembre de 2025
La Hermandad del Museo ha protagonizado este fin de semana uno de los capítulos más sobresalientes de su historia con motivo de su 450 aniversario fundacional. Sevilla se reencontró con una estampa que no veía desde hacía más de un siglo: el Stabat Mater formado por el Santísimo Cristo de la Expiración y María Santísima de las Aguas, una composición que volvió a conmover a la ciudad en su traslado a la Catedral el viernes y en la procesión de regreso del sábado, en dos jornadas marcadas por la fe, la belleza artística y la memoria devocional.
Una ida que hizo viajar en el tiempo
La tarde del viernes 7 de noviembre, las puertas de la Capilla del Museo se abrieron a las cinco en punto para iniciar un traslado histórico hacia la Santa Iglesia Catedral de Sevilla. Desde primeras horas, una multitud se congregó en torno a la plaza para no perderse el momento en que el paso emergió a la luz del día, recreando aquella antigua disposición en la que la Virgen de las Aguas aparece arrodillada a los pies del Crucificado.
El conjunto, de una solemnidad impactante, avanzó entre un silencio respetuoso y una emoción contenida. La Escolanía de María Auxiliadora y un cuarteto de capilla acompañaron con música sacra los primeros compases del recorrido, mientras la corporación hacía su parada ante la Parroquia de San Vicente, donde fue recibida por las hermandades vecinas.
El Cristo de la Expiración lucía potencias estrenadas, obra de Joaquín Ossorio, y los candelabros de las esquinas, procedentes de la Hermandad de la Sagrada Cena de Jerez, aportaban un simbolismo añadido a esta cita con la historia. Por su parte, la Virgen de las Aguas, vestida con un manto bordado de la Hermandad de la Quinta Angustia, mostraba las manos entrelazadas tal y como las concibió Cristóbal Ramos en el siglo XVIII.
La cofradía recorrió calles emblemáticas como San Vicente, Sierpes, Cuna, Francos y Alemanes, hasta alcanzar la Catedral pasadas las nueve de la noche. En la Plaza del Salvador, una saeta emocionó a los presentes y marcó uno de los instantes más intensos del itinerario. Ya en la Puerta de los Palos, el Stabat Mater fue recibido entre oraciones y lágrimas, cerrando una jornada que devolvió a Sevilla una de las imágenes más añoradas de su Semana Santa.
Misa estacional y regreso triunfal
El sábado 8 de noviembre, a las once de la mañana, la Catedral acogió la misa pontifical presidida por el arzobispo José Ángel Saiz Meneses, en la que se recordó la fundación de la hermandad en 1575 por el gremio de plateros. Bajo la mirada del monumento funerario de Cristóbal Colón, se celebró una eucaristía que unió siglos de historia y devoción en torno al Cristo de la Expiración y la Virgen de las Aguas.
Ya por la tarde, a las 17:30 horas, la hermandad emprendió el camino de regreso a su capilla. La Banda de Música de la Oliva de Salteras abrió un repertorio de categoría, con marchas como Expiración, Cristo de la Sangre, Amarguras o Mater Mea, mientras el paso avanzaba con solemnidad por la Plaza Virgen de los Reyes, Plaza Nueva, Tetuán, Rioja, Magdalena, Gravina y Pedro del Toro, hasta adentrarse de nuevo en la Plaza del Museo entre una multitud que aguardaba con emoción.
El recorrido, más pausado de lo previsto, se convirtió en una catequesis visual y artística. El público —mucho más numeroso que en la jornada anterior— se rindió ante la belleza de las tallas y la maestría del conjunto, envuelto en la luz tenue de los cirios y en el perfume del incienso que llenaba las estrechas calles del centro.
Casi a las once de la noche, el Stabat Mater cruzó por última vez la puerta de la Capilla del Museo mientras sonaban los acordes de Virgen de las Aguas, la marcha que ha acompañado durante un siglo a esta cofradía en la tarde del Lunes Santo. Fue el cierre perfecto para un fin de semana que quedará grabado en la memoria cofrade de Sevilla: el de una hermandad que ha sabido mirar a su pasado para engrandecer su presente.
Con este regreso, la Hermandad del Museo selló una efeméride que ha trascendido lo conmemorativo para convertirse en un testimonio vivo de arte, fe y tradición. Sevilla ha vuelto a contemplar, bajo la luz del otoño, un Stabat Mater que permanecerá en el recuerdo colectivo como una joya irrepetible del patrimonio devocional hispalense.
Galería de imágenes y video
El Santísimo Cristo de la Expiración y María Santísima de las Aguas en su histórico Stabat Mater, durante el traslado de ida y la procesión de regreso desde la Catedral.
Fotografías y video del equipo de Objetivo Cofrade.
Grabación realizada por Alejandro Ladesa
Contenido Exclusivo
Disfruta de esta grabación especial para la comunidad cofrade
Para Objetivo Cofrade


























































